jueves, 27 de noviembre de 2008

La Trampa. El Mísero Espiral de Encanto

Poesía para multitudes

“El Mísero Espiral de Encanto” es el sucesor de “Laberinto” trabajo que cerró una etapa en la historia de La Trampa. Es su séptimo disco de estudio y es la culminación de un proceso de cambio por el que paso la banda que incluyó la salida de dos de sus integrantes.

En 2005 el grupo llenó tres veces el Teatro de Verano de Montevideo. Luego vino un parate en el trabajo del grupo.

El año pasado La Trampa lo dedicó a elaborar su nueva producción y las modificaciones de sus integrantes (bajista y baterista nuevos).

“El Mísero Espiral de Encanto” es un disco parejo. Más cercano al rock/pop que al heavy. Alejándose del sonido pesado y con referencias folclóricas de otros discos.

Las grandes señas de identidad de La Trampa son la voz de Alejandro Spuntone y las composiciones de Garo Arakelián.

La voz de Spuntone es una de las grandes del rock uruguayo y en este trabajo le quita estridencia, pero le aporta matices muy interesantes a sus interpretaciones.

Las letras de Garo tienen la capacidad de que un estadio cante estribillos llenos de poesía (“Soy un nudo en el vacío / tengo el alma atada / todo está tan frío / soy el dueño” de "La casa azul"). Y su guitarra llena el disco de riffs que combinan melodía y fuerza ("Cristal"). Hace simple su virtuosismo.

Un párrafo merece “Shangrilá” cantada por Arakelián una canción acústica, narrada en primera persona, un poco gris, otro poco triste. Muy linda.

“El Mísero Espiral de Encanto” es un disco sólido, sin hits radiales; construido a partir de una historia de años de trabajo en la búsqueda de la canción honesta.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Apuntes sobre la ausencia y el recuerdo

La ausencia es la no presencia, algo deja de existir para alguien en algún momento. Desde un Amor hasta un programa de TV.

Algo de nosotros se va con esa ausencia. Por eso el dolor.

El paso del tiempo es parte de eso que ya no vuelve más.

Los niños que fuimos, esos que jugaban a la pelota en el campito de los Tanos o en el campo, a metros de donde ahora la autopista lleva y trae gente a cada instante.

Los adolescentes que quisieron: la música, los amigos, ellas. Ese amigo que trabajaba y estudiaba, y que hoy es esposo, padre y por suerte todavía amigo.

Los jóvenes que entraron a la facultad; mientras el país se caía en los noventas. Esos que militaban por un mundo mejor, mientras en la esquina, la violencia social golpeaba al idealismo.

Todo es recuerdo. No existe sin nosotros.

La vida es esa pelea entre el olvido y la memoria. Qué será de nuestros recuerdos.

El arte es una forma del recuerdo.

El olvido y la muerte es la misma cara de la moneda. Recordar es la ilusión de la eternidad.

Con suerte seremos ausencia, quizás recuerdo. En el recuerdo hay vida.
Quien nos recuerda nos hace felices.