jueves, 17 de junio de 2010

Celeste de alegría

Tenía pensado escribir sobre otra cosa. Iba a realizar un resumen de lo que pasó en este tiempo que no subí nada al blog.

Tenía la intención de contar algunas de las cosas que me agradan del gobierno de Cristina Fernández (aunque a veces el mismo se encargue con sus modos y su política de comunicación de que sea muy difícil defenderlo).

Quería mencionar la felicidad de ver a José Mujica asumiendo la presidencia de la República Oriental del Uruguay.

También deseaba contarles de los recitales que vi en estos meses (Franz Ferdinand, Metallica, El Cuarteto de Nos, La Renga, No Te Va Gustar, y por suerte varios más) y de los discos que me acompañaron.

El carnaval que pasó, con el excepcional espectáculo de La Mojigata, también estaría en el resumen.

Y por último el fútbol, Racing Club de Montevideo jugó la Copa Libertadores y el Quilmes Atlético Club volvió a Primera División (TRI-PO-DI!).

Pero hoy ganó la Celeste un partido en un Mundial de fútbol y eso no pasa todos los días. Lo demás puede esperar.

En el Mundial de Italia de 1990, tenía 11 años; el día que Uruguay le ganó 1 a 0 a Corea del Sur estaba en la Escuela Juan José Paso en Plátanos. Grité, en silencio, sentado contra una pared en el patio, el gol de Fonseca. Pasaron 20 años de ese último triunfo mundialista.

Hoy fue distinto. Vi la victoria 3 a 0 de Uruguay sobre Sudáfrica, en casa, con mi familia.

Son varios los motivos para la alegría que siento en este momento.

Me alegro por este equipo, que no es brillante pero que se entrega en todos los partidos (el encuentro contra Perú en Lima es la excepción que confirma la regla) y al que se le puede creer cuando hablan de “unidad”.

Me pone muy contento que al Maestro Tabaréz le vaya bien. Un técnico serio, honesto, sensible y además ganador.

Y para terminar mi alegría es por nosotros, aquellos que sufrimos cada partido que juega la Celeste. Nos merecíamos una satisfacción así.

Algunos pensarán con indignación, “es sólo fútbol”. Sí es sólo fútbol. Un deporte que genera emociones incomprensibles, que amamos tanto que a veces no nos reconocemos. Por el que lloramos y reímos. No es este el lugar para hacer un análisis sociológico sobre el fútbol, quizás en otro momento. Es sólo fútbol pero nos gusta.

No sé qué pasará de aquí en adelante con la selección uruguaya en este Mundial. Más allá de eso, este equipo se ganó un merecido reconocimiento. Gracias.

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